Comentarios de Rafael Lapesa

Presentación de la Gramática de Nebrija
 

gramáticaEn su Historia de la lengua española, el académico Rafael Lapesa observa que Nebrija "desterró los métodos anquilosados (de enseñanza del latín), introduciendo los que, formulados por Lorenzo Valla, habían contribuido al resurgimiento de la latinidad en Italia".

Al analizar el papel fundamental de Nebrija en la formación de la lengua castellana, Lapesa se expresa así:

"El proceso lingüístico de unificación y expansión venía de la mano del momento histórico de las grandiosas empresas nacionales.

En agosto de 1492, meses después de la rendición de Granada y estando en viaje las naves de Colón, salía de la imprenta la Gramática Castellana de Antonio de Nebrija. El concepto de 'artificio' o 'arte', esto es, regulación gramatical, estaba reservada a la enseñanza de las lenguas cultas, como el latín y griego: era una novedad aplicarlo a la lengua vulgar, pues se creía que, aprendida de los labios maternos, bastaba la práctica y el buen sentido para hablarla debidamente.

En el tratado, de alto valor científico, Nebrija desentraña el funcionamiento del idioma, basado en la observación de los rasgos en que el castellano difiere del latín, así son pocas las ocasiones en que le aplica clasificaciones o accidentes inadecuados. Reprueba el latinismo forzado y acierta singularmente en unir el estudio gramatical con el de la métrica y las figuras retóricas, como si estuviera la indisoluble unidad, predicada por las actuales estilística y estructuralismo, del lenguaje y la creación literaria.

En cuanto a los propósitos de Nebrija, expuestos en el prólogo que dirigió a la reina, era:

El primero, fijar normas para dar consistencia al idioma, a fin de que "lo que agora i de aquí adelante en él se escriviere, pueda quedar en un tenor i estenderse por toda la duración de los tiempos que están por venir, como vemos que se ha hecho en la lengua griega y latina, las cuales, por aver estado debaxo de arte, aunque sobre ellas han passado muchos siglos, todavía quedan en una uniformidad": afán de perpetuidad, netamente renacentista.

En segundo lugar, el saber gramatical de la lengua vulgar facilitaría el aprendizaje del latín.

El tercero, finalmente, la exaltación que ardía en aquel momento supremo convenció a Nebrija de que "siempre la lengua fue compañera del imperio"[1], por lo que añade: "El tercero provecho deste mi trabajo puede ser aquel que, cuando en Salamanca di la muestra de aquesta obra a vuestra real Majestad e me preguntó que para qué podía aprovechar, el mui reverendo padre Obispo de Avila me arrebató la respuesta; e respondiendo por mí, dixo que después que vuestra Alteça metiesse debaxo de su iugo muchos pueblos bárbaros e naciones de peregrinas lenguas, e con el vencimiento aquéllos ternían necessidad de reçebir las leies quel vencedor pone al vencido, e con ellas nuestra lengua, entonces por esta mi Arte podrían venir en el conocimiento della, como agora nosotros deprendemos el arte de la gramática latina para deprender el latín". Estos presentimientos se convirtieron pronto en realidad: el descubrimiento de América abrió mundos inmensos para la extensión de la lengua castellana.